La compañía de joyería mundialmente conocida celebra su 175 cumpleaños. Por ello vamos a hacer un pequeño repaso a la historia de la misma.
El 21 de septiembre de 1837, Charles Lewis Tiffany y John B. Young, abrieron una tienda de artículos para el escritorio y regalos con 1.000 dólares prestados por el padre de Tiffany. La tienda estaba ubicada en el 259 de Broadway, Nueva York y durante su primer día de apertura sus ventas solo alcanzaron 4 dólares con 98 centavos. Pero esto solo fue el principio porque esa pequeña tienda posteriormente se convirtió en un referente en la sociedad neoyorkina.
En Tiffany & Co. descubrieron el “Estilo americano” que estaba surgiendo en ese momento desde la estética del diseño Europeo. Los jóvenes empresarios se inspiraron del mundo de la naturaleza lo cual interpretaron en diseños exquisitos de simplicidad, armonía y claridad. Esos llegaron a ser el sello del diseño de Tiffany, primero en objetos para la mesa y después en joyería. Tiffany gano su primer reconocimiento internacional en la Exposition Universelle de Paris de 1867. Tiffany fue la primera compañía Americana en emplear el estándar 925/1000 de pureza de plata.
El estudio de plata de Tiffany & Co. fue la primera escuela americana de diseño y en 1870 la compañía se volvió el proveedor de joyas, relojes, objetos para la mesa de lujo, y accesorios personales y para la casa.
En 1878 Tiffany adquirió uno de los diamantes amarillos más grandes y elaborados del mundo desde las minas Kimberley en Sudáfrica. Bajo de la supervisión de George Frederick Kunz, experto en piedras preciosas, cortaron el diamante en forma de cojín desde 287,42 quilates a 128,54 quilates, resultado, una piedra preciosa que brillaba como si tuviera una llama iluminándolo por dentro. El Diamante Tiffany, así se conoce hoy en día, sentó el precedente de la compañía para su ingeniosa manera de cortar la piedra.
En 1886 Tiffany introdujo el anillo de compromiso que conocemos hoy en día – el Engaste Tiffany, the Tiffany Setting – una innovación que eleva el diamante del anillo con seis dientes de platino permitiendo una devolución de luz desde la piedra y maximizando su brillo.
En los años sucesivos la compañía siguió cosechando éxitos y en la exposición que realizaron en la feria de Paris de 1889 se califico como “La colección más extraordinaria de joyas producidas por una casa de joyeros americanos.”
Después de la muerte de Charles Lewis Tiffany su hijo, Louis Comfort Tiffany, se convertió en el primer Director de Diseño de Tiffany. Su posición como líder de diseñador americano se estableció aún más cuando el Presidente Chester Arthur le invitó a redecorar La Casa Blanca. En 1900 el joven Tiffany era el líder del movimiento Art Nouveau y artesanía. El famoso artista creó una gama de diseños increíbles, desde ventanas emplomadas muy técnicas, pasando por vidrio favrile colorido de Tiffany, joyas pintadas de esmalte basadas sobre plantas y hasta flores americanas.
Mientras el siglo XX avanzaban los diseños de Tiffany iban capturando el espíritu de la época, desde la extravagancia de los años 20, el modernismo de los años 30 hasta la época aerodinámica de los 40 y 50. Las joyas de Tiffany acentuaron la elegancia de las mujeres más glamurosas del mundo como Jacqueline Kennedy Onassis, Babe Paley o Diana Vreeland.
A lo largo de la historia, los Estados Unidos y otros gobiernos extranjeros han usado a la compañía para crear comisiones especiales. Entre ellos existe el Congressional Medal of Honor y el rediseño en 1885 del Great Seal de los Estados Unidos que se encuentra en documentos oficiales gubernamentales y en el billete de un dólar.
No solo la compañía es un referente por sus diseños de joyería y de regalos sino por su packaging. La caja azul donde Tiffany entrega sus piezas se ha convertido en todo un símbolo de estilo y sofisticación. El color azul fue escogido para las cajas y bolsas de Tiffany así como en los elementos de packaging, publicidad y artículos promocionales. Conocido como azul no me olvides, fue elegido, probablemente, por la popularidad que la piedra Turquesa alcanzó en joyería durante el siglo XIX. Tan importante era la caja azul que en 1906, The New York Sun publicaba, “(Charles Lewis) Tiffany tiene una cosa en su poder que no se puede comprar por mucho dinero que puedas ofrecer; el solamente te lo dará. Y eso es una de sus cajas. Las reglas de su establecimiento son férreas, nunca estará permitido entregar una caja con el nombre de la firma excepto con un artículo que haya sido vendido por ellos y del cual ellos son responsables”.
En suma la historia de la compañía es una historia de trabajo, innovación y gusto por el diseño.
Ay, Tiffany!! Sueño con un anillo de allí!!!
ResponderEliminarLa evolución de un estilo.
ResponderEliminarZepequeña.
Desayuno con diamantes?
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